Tras las parábolas brillan las características del modo de ser de Dios encarnado. Con la parábola de “los obreros de la viña” nos quiere enseñar el Señor la bondad profunda, inmensa, de generosidad espléndida y sin límite de Dios que paga el jornal entero, el debido a un hombre que trabajase todo el día, de sol a sol, al que ha trabajado una hora.
La bondad de Dios es una bondad espontánea-gratuita. Una bondad opuesta al egoísmo-envidia. Por eso es ocasión de que el egoísmo-envidia del resto de los trabajadores salga a luz, quede al descubierto como patentiza y declara la frase del dueño a los trabajadores envidiosos: “… o tu ojo es malo porque yo soy bueno”, es decir, el que mi generosidad produzca en ti envidia indica que eres egoísta. Podíamos llamar a esta parábola no la de los obreros enviados a la viña, sino la del “Patrono generoso”.
Tan grande en su bondad
Esta parábola coloca su acento, no en la llamada al Reino de Dios, sino en el pago del jornal al caer la tarde, y en el pago de un jornal tan grande para los que sólo trabajaron una hora. ¿Es esto arbitrariedad o capricho generoso de un multimillonario? De ningún modo. Sino que es el modo propio de actuar de un hombre generoso, compasivo. No le sufre su corazón dejar al de una hora, que tiene que alimentar a toda su familia, sólo con una doceava parte del jornal necesario para vivir al día.
Enseñanza: Así obra Dios. ¡Así es Dios! ¡Tan bueno! ¡Tan espontáneamente generoso! ¡Tan grande es su bondad! Dios da su Reino a esos publicanos y pecadores, a pesar de su indignidad y de no merecérselo. Y todo “porque yo soy bueno”: aquí está toda la moraleja de la parábola, toda su fuerza.
El dueño de la viña vio el interés de los trabajadores de no quedarse cruzados de brazos y se compadeció. Dios mira las buenas disposiciones del corazón. De ahí que el pecador arrepentido encuentre siempre abierto el camino de la misericordia y del perdón en cualquier trance de su vida.
¿Eres envidioso porque yo soy bueno?
Los demás trabajadores, que ven la actitud del dueño con los de la hora once, indignados, se rebelan y protestan. Pero reciben una respuesta humillante: ¿Eres envidioso porque yo soy bueno?
Aquí el mensaje va dirigido a los fariseos, los que se escandalizan de la conducta de Jesús. Jesús les dice con esta parábola: vuestra crítica es injustificada, odiosa, sin amor. Yo soy así; criticáis que quiero ser como mi Padre, tan bueno como Él; ¿queréis reprender este mi comportamiento con los proscritos y el desecho? Los obreros de la ultima hora no tienen, es cierto, mérito alguno que les haga acreedores del jornal entero, pero yo soy bueno y se lo quiero dar sólo por eso. El recibirlo lo tienen que agradecer sólo a Mi bondad.
Esta es la ley de la Nueva Alianza de Dios, del Evangelio: la ley del amor espontáneo, gratuito y generoso. No es la ley de la justicia sin el amor; es la ley de la justicia embebida en la ley del amor, o la ley del amor que incluye la justicia. Dios da su salvación al pecador, al desecho que no se lo merece.
Puro don de Dios
Punto culminante de la parábola: un salario tan grande para los últimos: “Dales el jornal empezando por los últimos hasta los primeros”. Para Dios hay igualdad entre los últimos y primeros del mundo, no hay acepción de personas.
Dios es libre de pagar a cada alma según Su bondad y misericordia. En el mundo de la gracia todo, incluso lo que parece que se nos debe como justicia por las obras buenas realizadas, es un puro don.
El que fue llamado al alba, en los comienzos de su vida, a seguir más de cerca a Cristo, no puede presumir de tener mayores derechos que quien lo ha sido en la edad madura, o quizá a última hora de su vida. Y estos últimos no deben desalentarse pensando que quizá es demasiado tarde. Para todos el jornal se debe a la misericordia divina, y es siempre inmenso y desproporcionado por lo que aquí hayamos trabajado para el Señor.
El día del juicio será el día de la manifestación de la generosidad espléndida de Dios. Por eso: ¡confianza! Si hasta ahora no has seguido la llamada de Jesús a una vida más acorde con sus mandamientos o a una entrega total a su servicio, estás a tiempo, decídete y comienza hoy.