A 5 km de Asís, Italia, se encuentra Santa María de los Ángeles, hermosa basílica construida sobre la Porciúncula, lugar elegido por San Francisco para fundar la Orden de los Frailes Menores en 1209 y la de las Clarisas en 1211.
En una noche de julio del año 1216, San Francisco imploraba a Dios que tuviese misericordia de los pobres pecadores, comenzando por él, que se tenía por el mayor pecador del mundo. Recordaba las palabras del Señor: «a menos que hagan penitencia, todos perecerán» (Lc 13, 3). Pensaba en su propia juventud, había sido inquieto, frívolo, ambicioso…
La visión
En la angustia de su alma él gritaba: «Mi querido Señor quiero amarte. Mi Señor y mi Dios, ten misericordia de mí que soy un pobre pecador». La maravillosa paz del Señor llegó a su pura y penitente alma y le dijo: «Francisco, tus pecados has sido borrados». Enseguida el santo ardió en un deseo apasionado de obtener el mismo favor celestial para todos los pecadores arrepentidos.
San Francisco alzó la mirada y vio al Señor con su Santísima Madre y muchos ángeles.
Jesús le dijo: «Francisco pide lo que quieras para la salvación de los hombres». Francisco exclamó: «Aunque yo soy un miserable pecador, yo te ruego querido Jesús, que le des esta gracia a la humanidad: dale a cada uno de los que vengan a esta Iglesia con verdadera contrición y confiesen sus pecados, el perdón completo e indulgencia de todos sus pecados».
Viendo que el Señor se mantenía en silencio, San Francisco se dirigió con un confiado amor a María, refugio de los pecadores: «Te ruego, a Ti, Santísima Madre, la abogada de la raza humana, que intercedas conmigo, por esta petición». Entonces Jesús miró a María, y San Francisco se alegró al ver a Ella sonreír a su Divino Hijo, como que si dijera: «por favor, concédele a Francisco lo que te pide, ya que esa petición me hace feliz a Mí».
Inmediatamente Nuestro Señor dijo a San Francisco: «Te concedo lo que pides, pero debes de ir a mi Vicario, el Papa». Honorio III concedió la gracia pedida, de modo que todos los que acudan a este lugar bendito, con las condiciones requeridas, obtienen una indulgencia plenaria.
Para la solemne inauguración de este perdón en la Porciúncula, San Francisco escogió el 2 de agosto, porque fue el primer aniversario de la consagración de esta santa capilla.
La pequeña iglesia dedicada a Santa María de los Ángeles se convirtió en uno de los más famosos santuarios de peregrinación de toda Europa.
¿Qué tendrá la sonrisa de la Virgen que consigue de su Hijo lo que quiere? ¿Cómo no acudir a nuestra Madre bendita en cualquier necesidad?